En 2004 Raphaël Bêrèche,
la quinta generación de la familia Bêrèche, tomó el mando de la firma,
impulsando el negocio familiar y dinamizando la casa. Bêrèche posee áreas
similares de las tres variedad clásicas de uva bajo vid, Chardonay, Pinot Noir
y Pinot Meunier. Todos sus viñedos se gestionan bajo una filosofía bioorgánica,
utilizando tónicos naturales para complementar cobre y azufre y cultivos de
cobertura que reemplaza la necesidad de herbicidas. Desde 2007 una parte de los
terrenos han sido convertidos a la biodinámica como un ensayo para trasladarlo
más tarde a toda la finca.
La edad media de las vides es de unos 35 años, las cuales
Gestiona desde 2008 Vincent Bêrèche, hermano de Raphaël. En la bodega se siguen
las técnicas tradicionales de trabajo. Las parcelas se elaboran por separado
mediante largas y lentas fermentaciones con levaduras naturales en tanques de
hormigón esmaltado y barriles antes del envejecimiento sobre lías. La
fermentación maloláctica se corta y los vinos se embotellan sin filtración.
La segunda fermentación y envejecimiento se realiza ya en botella sobre lías, y es
cada vez más con corcho en vez del
sellado de corona con lacre, bajo la creencia de que el corcho le imprime
carácter y complejidad.
El resultado de todo este meticuloso y tradicional proceso,
es una gama de Champagnes de gran vivacidad. Secos y complejos donde se
concentran de forma intensa aromas exóticos y de frutas con un fondo de
especias, generando capas de envolvente carácter que van evolucionando hacia
estructuras de minerales ácidos naturales gracias a la ausencia de maloláctica.
